Buscando por ahí me tope con este sencillo cuento, quiero compartirlo con ustedes pues su simpleza nos invita a Ser, mostrar nuestras luces y nuestras sombras, la belleza de nuestra esencia.
Pasamos mucho tiempo de nuestra vida criticándonos, ocultando y negando parte de nuestro ser, con eso bloqueamos el libre fluir de nuestra energía, detenemos lo que queremos ocultar, pero el flujo se corta sin ser selectivo y dejamos oculta nuestra fragilidad, nuestra capacidad de amar, nuestra capacidad de crear.
La mejor forma de ser bellos y buenos, es dejar fluir toda nuestra energía, todos somos bellos y buenos cuando estamos conectados con nuestro Ser y su sabiduría, cuando escuchamos a la naturaleza, cuando nos relacionamos con amor hacia todo lo creado.
Les dejo de regalo este pequeño relato, con mucho amor:
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a ti mismo.
No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena...
(Fuente: Jorge Bucay)
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